Estudiando se pasa el día

Esto es lo que me faltaba, la desesperación, que poco a poco se apodera de mí, y eso que todavía me quedan dos meses por delante. Ya lo decía mi madre, la constancia no es lo mio, pero que se le va a hacer.Y es que esta semana santa me está matando, entre las constantes lluvias, las vacaciones de muchos de mis amigos, los problemas económicos, si otra vez, y la incomprensible ciencia de las matemáticas, me voy a volver loco.
Entre todos estos problemas, me voy consumiendo poco a poco, y encima para más inri me duele la espalda, ¿que es lo que me queda?, Dios, ¿por qué te cebas conmigo?, ¿es por lo que dije de la semana santa?, ¿es por la práctica del sexo fuera del matrimonio?, ¿por no ir los domingos a misa?, vale vale, ya dejo de decir chorradas.
Y a parte de estas tonterías, esta semana me han llamado mucho la atención otras tantas que se han dicho en la tele, sobre todo en los telediarios, que si los costaleros lloran por que no sale su cristo o su virgen, que pena, que si hoy cumple 30 años heidi, ¿y su amiga clara?; y por supuesto la noticia más impactante del día, Leonor se ha llevado a sus padres a un parque temático, tan jovencita y ya con carnet, a ver quien tiene cojones de ponerle el globo a la jodía cria.
Pero no era de esto de lo que quería hablar, si no de lo que escuché el otro día en la radio, una niña de dieciséis años denuncia a su padre por maltrato, le pegó con una zapatilla, angelica, si es que le quedó hasta un moretón. Creo que hay que saber diferenciar.
Teniendo en cuenta que yo, por ser hombre, soy un maltratador en potencia, y que hoy en día, una mujer, por llamarlo de alguna manera, me puede denunciar, provocar mi encarcelamiento sin pruebas y una orden de alejamiento, sin ser yo todavía juzgado; la verdad, es que me siento algo desamparado ante la ley, imagínate que a una clienta no le ha gustado la tapa que le he puesto, y por venganza, ¡zas!, a la cárcel por maltratador psicológico.
Ejem, creo que hoy estoy un poco espesito, a ver si estudiando se me pasa.
No a la violencia, machista o feminista, dejémonos de generos, es igual de mala.