Hacía ya mucho tiempo que no escribía nada, la verdad, no me apetecía, creo que ya he dicho antes que detrás de una mala etapa va una buena, pues bien, yo he pasado una muy mala etapa, no es que me hallan pasado grandes males, simplemente no encontraba el rumbo, estaba "más perdio quel barco el arroz", me dejaba llevar por la corriente, sin rumbo.
Pues bien, mi rumbo lo encontré gracias a la visita a un viejo "amigo", que hacía ya cinco años que no veía, y lo fue todo y nada para mi, me ha hecho abrir los ojos, encontrar esa luz en el camino, no, no os preocupéis, no tiene nada que ver con los psicotrópicos, es mi padre, pero bueno, otro día hablaré de él,gracias papa por haberme dicho que estaba triste, era cierto y no me había dado cuenta.
El caso es que estoy asustado, vivo en una nube y tengo miedo de que el golpe al bajar de ella sea demasiado duro, no se cuando será, ni por qué, pero estoy seguro de que ocurrirá, hasta entonces solo me queda esperar; y disfrutar, por que lo estoy haciendo mucho, y como nunca, cada vez soy más consciente del papel que juego en esta vida, la seguridad en mi mismo ha vuelto a aparecer, esa confianza perdida tiempo atrás; estoy feliz.
Quizás tiene que ver la llegada a un nuevo trabajo, la solvencia económica, el haberme aceptado tal y como soy, haberme reconocido la importancia que tiene para mi las mujeres, nada de que las odio, al contrario, esa psicóloga a la que fui hace ya tiempo se equivocaba, las adoro, no podría vivir sin ellas, y no solo estoy hablando de mujeres vistas desde el punto de vista reproductivo, hablo de las amigas, de las clientas que con una sonrisa me alegran el día, de mi madre, de mi hermana, y de todas las demás.
Es increíble como el hombre puede llegar a tener dependencia del otro sexo, increíble el rechazo a esos sentimientos, a demostrar nuestro afecto y necesidad de ellas, y ellos también, por qué no decirlo, creo que me volvería loco si pasara un solo día sin cruzar unas palabras con ellas.
Y después de esta declaración, a dormir, que mañana madrugo.
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